Florentino Pérez y Nasser Al-Khelaifi escenificaron la reconciliación de las directivas del Real Madrid y el Paris Saint Germain en el restaurante Zalacaín. En un ambiente que fue de tenso a muy distendido, las directivas de ambos equipos se sentaron en una mesa de bodas alargada con ambos presidentes cara a cara con sus directivos flanqueándoles.
No era la primera vez que ambos protagonistas se encontraban en este exclusivo restaurante madrileño. Al-Khelaifi ya se sabía al dedillo la carta y fue agasajado con un menú muy de su gusto, incluso con la carta en francés. Tras servir unos entrantes variados donde no hubo nada ibérico y sí muchos quesos, el grupo de unos 20 comensales pudo disfrutar de una ensalada de bogavante con salpicón y emulsión de su coral, marca de la casa.
Este plato, según los camareros del lugar, le encanta a un Al-Khelaifi que relajó la tensión vivida hace tres semanas en el partido de ida, cuando la comida apenas duró una hora. En esta ocasión se prolongó durante casi dos viéndose a los principales directivos bromear tras la comida en el ropero con una escena muy distendida entre José Ángel Sánchez y Leonardo.
El segundo plato permitió a los comensales elegir entre una lubina con salsa de tomate triturado o un solomillo con salsa bearnesa –hecho a la mantequilla– regado con vino tinto Cune o vino verdejo Nisia en caso de elegir el pescado. Pese a la sencillez del menú, todos los comensales quedaron encantados con la propuesta de Zalacaín.
Para finalizar, la casa ofreció unos deliciosos cigarros de chocolate relleno con queso mascarpone y acompañados de un helado de chocolate blanco. Además se sirvió la enorme teja de la casa para compartir, además de cafés e infusiones. Ambas entidades, en el momentos de los postres, intercambiaron regalos muy similares. El Madrid les hizo entrega de una maqueta del nuevo Bernabéu donde esperan presentar a Kylian Mbappé, mientras que el PSG trajo la clásica representación a escala de la torre Eiffel. Nadie se privó dentro de una gran comida.